La asistencia en carretera es un servicio que todo el mundo puede necesitar en algún momento. Aquellas personas que viajan saben el mal rato que se pasa cuando, por ejemplo, el vehículo se para por una avería, empieza a echar humo o deja de andar por falta de combustible. Ahorrarse el disgusto de quedarse tirado en mitad del asfalto es posible si se tiene en cuenta la ayuda que pueden prestarnos los vehículos especializados en este tipo de emergencias.

El servicio de asistencia en carretera está previsto para averías, accidentes o pinchazos. Estos tres casos serían los capítulos generales de una trilogía que podríamos llamar “mala suerte al volante”, pero lo cierto es que el azar o las equivocaciones en la conducción pueden ocurrirle a cualquiera.

Repasemos algunas de las situaciones que pueden llevarnos al borde del colapso y en las que agradeceremos la ayuda como si de un oasis en medio del desierto se tratase.

 

Equivocación del combustible

Bien con prisas, bien por no fijarse, la equivocación en la elección del combustible puede ocurrir. Si echamos en el depósito diésel, en lugar de gasolina (o viceversa), el vehículo nos avisará parándose, echando humo y perdiendo fuerza. Para solucionarlo, es necesario un servicio de asistencia que se encargue de extraer el combustible que está provocando la avería.

En este proceso se utiliza una maquinaria especial que debe estar homologada. Su función es hacer de bomba de extracción, para lo que la persona llevará un traje antichispa y creará un perímetro de seguridad alrededor del lugar donde se realice la operación. Después de este proceso, ya se puede volver a llenar el depósito con el combustible correcto.

 

Pinchar una rueda

Al igual que las personas nos lesionamos un brazo o una pierna, los neumáticos pueden estropearse. A veces, por el uso continuado y la escasa revisión de los mismos. En otras ocasiones simplemente por pasar por encima de un objeto que les hace pinchar. El servicio de asistencia sirve para levantar desde el turismo más pequeño hasta el camión más grande.

Para eso, los equipamientos de furgonetas para el servicio de asistencia llevan consigo un compresor y un generador de corriente. Desmontar los neumáticos de vehículos pesados, como son los agrícolas, los camiones o los tráiler es posible con desmontadoras retráctil, es decir, aquellas que utilizan movimientos electrohidráulicos con un mando para desplegar y replegar el vehículo. Las operaciones se llevan a cabo con total seguridad.

 

El coche no arranca

El coche no anda ni aunque se lo pidas de rodillas. Sea por avería o por accidente, a veces los vehículos dejan de funcionar y no hay manera de arrancarlos de nuevo. La asistencia en carretera es fundamental en estos casos, si no queremos dejar a nuestro compañero de viaje tirado en cualquier sitio (como él ha hecho contigo). Permite remolcar el vehículo averiado para llevarlo hasta el taller mecánico que sea preciso.

A veces, el propio servicio de ayuda en carretera permite repararlo “in situ”, como puede ocurrir con la sustitución de baterías, el desbloqueo de candados de disco o la apertura de cofres y cajones. Hay que tener en cuenta la mercancía que se está transportando para decidir si se lleva a cabo el arreglo en el sitio de la parada o si, por el contrario, hay que trasladar el vehículo hasta otro lugar.

 

 

Entre los proyectos de Valsat, destaca el equipamiento de furgonetas del Real Automóvil Club de España, más conocido como RACE. Si tú también quieres prestar este servicio, te invitamos a conocer nuestro trabajo para poner a punto las herramientas de una profesión especialmente reconocida en imprevistos.